¿Sabías que en nuestro cuerpo viven millones de microorganismos? 

La mayoría son bacterias beneficiosas que cumplen funciones esenciales para que el organismo funcione correctamente. Cuando ese equilibrio se altera —lo que se conoce como disbiosis intestinal— nuestra salud puede verse afectada.

Aunque muchas de estas bacterias se encuentran en el intestino, también habitan en la piel, la boca y el tracto vaginal. Y algo que no todos saben: estos microorganismos también influyen en la fertilidad.

En este artículo descubrirás qué es la disbiosis intestinal, los tipos de disbiosis que existen, sus síntomas y causas más frecuentes, su papel dentro de la fertilidad y como volver a balancearla. 

 

¿Qué es la disbiosis intestinal?

La disbiosis intestinal ocurre cuando hay un desequilibrio en las bacterias que viven en el intestino. Es decir, cuando las bacterias "buenas" se reducen y aumentan las que pueden afectar nuestra salud, llamadas patógenas, alterando de esta manera, el funcionamiento normal del sistema digestivo.

Tener una microbiota en buen estado es fundamental, ya que ayuda a digerir y absorber nutrientes, participa en la producción de vitaminas como las vitaminas B y la K, y mantiene sana la mucosa que recubre el intestino. 

 

Síntomas de la disbiosis intestinal 

Cada persona tiene una microbiota única, por eso los síntomas de la disbiosis pueden variar de una persona a otra, incluso si tienen la misma edad o género. Los síntomas más comunes entre la población son los siguientes: 

  • Hinchazón abdominal 
  • Diarrea y estreñimiento 
  • Digestiones pesadas 
  • Ansiedad
  • Tendencia a las alergias alimentarias
  • Migrañas
  • Tendencia a sentir cansancio o debilidad física
  • Mala absorción
  • Trastornos genitales y de la menstruación
  • Trastornos de la piel, como el acné o eccemas y picor continuo

 

Causas de la disbiosis intestinal

Se sabe que la disbiosis intestinal es difícil de correlacionar a una única causa, pero es cierto que algunos factores pueden desencadenarla más fácilmente que otros. Por ejemplo: 

  • La disminución en la secreción de ácido gástrico (hipoclorhidria), jugos pancreáticos o enzimas digestivas.
  • La ingesta frecuente de medicamentos como antiácidos (protectores de estómago), antibióticos, hormonas y anticonceptivos orales.
  • Dieta rica en alimentos ultraprocesados y pobre en antioxidantes y fibra.
  • Uso excesivo del Alcohol y cigarrillo.
  • Padecer sobrepeso u obesidad.
  • Sufrir trastornos hormonales como hipotiroidismo, o diabetes. 
  • Mantener niveles elevados de estrés.

Esto podría deducir, que un estilo de vida poco saludable, o padecer ciertas enfermedades, podrían impactar negativamente en la calidad de nuestra microbiota intestinal, generando un posible desequilibrio en la misma.

 

Disbiosis en la Mujer

Cuando el equilibrio de bacterias en el intestino se altera, las bacterias malas pueden aumentar y pasar del recto a la vagina, causando un desequilibrio en la flora vaginal llamado disbiosis vaginal. Esto puede provocar infecciones y problemas reproductivos como el síndrome de ovario poliquístico (SOP).

La microbiota intestinal también juega un papel importante en cómo se regulan las hormonas femeninas, especialmente los estrógenos.

Si los niveles de estrógenos son demasiado altos, puede afectar la fertilidad y aumentar riesgos como el cáncer o la endometriosis.

Si son demasiado bajos, puede aumentar el riesgo de obesidad o problemas cardíacos.

Además, una microbiota desequilibrada puede generar inflamación, lo que a su vez puede causar resistencia a la insulina y otros problemas que afectan la fertilidad.

 

Disbiosis en el Hombre

En los hombres, un desequilibrio en las bacterias del cuerpo puede aumentar la inflamación y el estrés oxidativo. Esto puede disminuir la producción de hormonas esenciales para la fertilidad, como la testosterona, afectando la salud reproductiva.

 

Tratamiento de la disbiosis intestinal

El tratamiento de la disbiosis se basa en restablecer el equilibrio de la microbiota intestinal, principalmente a través de una alimentación adecuada y sostenida en el tiempo.

Recomendaciones principales:

  • Diseñar un plan de alimentación personalizado, con foco en mejorar los hábitos diarios.
  • Incluir alimentos ricos en fibra (como frutas, verduras, semillas, frutos secos, legumbres y cereales integrales) en nuestra alimentación diaria. Sumar más colores a nuestros platos.
  • Incorporar prebióticos y probióticos, para estimular el crecimiento de bacterias beneficiosas.
  • Priorizar alimentos frescos y naturales, evitando productos ultraprocesados.
  • Mantener una buena hidratación a lo largo del día.

Qué deberíamos evitar:

  • El consumo excesivo/habitual de alimentos altos en azúcares.
  • El consumo de carnes procesadas.
  • El consumo habitual de alimentos industrializados.

¿Y los antibióticos?

En casos donde hay infecciones, el médico puede indicar el uso de antibióticos. Es fundamental seguir sus indicaciones, ya que estos medicamentos eliminan tanto bacterias dañinas como beneficiosas.

Recomendación: si estás tomando antibióticos, podrías complementar con probióticos, pero es importante espaciar su consumo al menos 2 horas para no reducir su eficacia.